A fondo
para garantizar que las personas mayores que viven en centros
residenciales puedan tener una vivencia más satisfactoria de su
sexualidad no parece la mejor opción. Se espera haber realizado, mediante el presente artículo, una pequeña aportación par
que los profesionales que trabajan en residencias y que están
preparados para contribuir significativamente en este sentido
(entre ellos, el trabajador social), puedan ponerse en campaña,