Flor de tardor
mos que levantarnos temprano, pero ellas estaban llenas de
ganas de quedarse, dar otra vuelta, disfrutar más. Finalmente,
creo que fuimos unas de las últimas en volver al albergue.
Al día siguiente expliqué a Maite mi proyecto sobre las personas LGTB mayores y me dijo simplemente: Ven a Madrid y
ya veremos. Algunos meses más tarde cogía el autobús de
Barcelona a Madrid, con la idea de quedarme en casa de Maite
durante una semana.