posibles obstáculos y posibles oportunidades delante de mí.
Puedo diseñar mi trayectoria teniendo en cuenta dónde quiero llegar y
con qué variables me puedo encontrar durante el trayecto.
Es estupendo, porque empujando no tenía ninguna perspectiva, estaba a merced de los movimientos descontrolados del elemento que yo
empujaba.
Arrastrar también presenta otra ventaja: una vez se ha conseguido cierta