Y precisamente ése es el paralelismo con el aerografito: partimos de algo
sólido que el alumno en sentido socrático ya tiene (por ejemplo, sus
conocimientos y experiencias en múltiples ámbitos) y vamos añadiendo
diferentes elementos que ayuden a adecuar, consolidar y expandir su bagaje.
El calor puede ser calor, efectivamente, en su sentido emocional: atención, respeto, cariño...