Las sesiones de puesta en común, en que cada subgrupo hacía de profesor sobre su materia para el resto de los subgrupos, fueron memorabl
Todavía recuerdo con una sonrisa al repostero haciendo trucos de magia
y, sobre todo, al bombero totalmente absorto en realizar bien su demo,
consistente en tejer una bufanda.
En cada sesión nos reíamos hasta las lágrimas y siempre tenían que desalojarnos porque olvidábamos mirar el reloj.